Este tiempo (9 años) que me he adentrado más y más en estudiar los ingredientes naturales y sus beneficios, me llevó a leer e investigar algunos artículos de la cosmética natural y las rutinas de belleza que se usaban en la antigüedad, es fascinante ver que muchos de los ingredientes los seguimos usando hoy en día, pero ojo, ingredientes buenos y también malos.
Te platico un poquitín, Cleopatra la reina Egipcia, dejó un legado a la belleza, ella se bañaba en leche de burra con miel para suavizar la piel, usaba aceite de almendras para que crecieran sus pestañas, utilizaba semen de hombre como su crema antiarrugas y la sombra de sus ojos era de plomo con sales, sin duda algo excéntrica.
La Reina Isabel I, utilizaba un maquillaje para cubrir las marcas de la viruela y para verse blanca, lo que no sabía es que esta mezcla a lo largo del tiempo causaba despigmentación de la piel, pérdida del cabello y dientes podridos, el maquillaje era a base de plomo.
En el siglo XIX en Estados Unidos vendían unas latas de pastillas de arsénico, anunciaban que quitaban las pecas, granos y marcas del rostro, lo que vendían era veneno y lo sorprendente de esto es que las personas con tal de verse bien lo compraban.
A mediados del siglo XX la cosmética natural se fue alejando, se empezaron a utilizar elementos que hacen funciones similares con costos muy bajos y con mayor facilidad de fabricación, el tema aquí es que muchos de ellos no son buenos para la salud.
Hoy en día seguimos teniendo muchos productos con ingredientes dañinos, por ejemplo: el plomo, parabenos, aluminio, etc. aunque las dosis son pequeñas, a lo largo del tiempo tienen efectos por el hecho de que la aplicación es constante, por ello el título del post: poco resulta a la larga ser mucho el daño y si le sumas que usamos alrededor de 15 artículos de belleza diario, no está padre.
Lo interesante en esto es que hay un resurgir del contacto de las personas con la naturaleza, actualmente hay un auge de productos que aportan beneficios a la piel sin dañar el medio ambiente, libres de sufrimiento animal, con materias primas ecológicas y con una constante investigación para sacar lo mejor que nos da la naturaleza.
¡Adéntrate en la cosmética natural, estoy segura que te va a encantar!